Quizá fue el amor que Alfonsina sentía por la bici, lo que la impusló a casarse joven, para poder dedicarse a su casa y a su pasión. De hecho, fue con su marido que encontró ese apoyo que necesitaba, y este motivó la pasión de su mujer, regalándole una bicicleta para competir el día de la boda.


No fue este su único logro sobre su pesada bici, como lo eran en aquellos años y todavía sin cambio de velocidades, ella también consiguió un total de 36 victorias en su carrera, contra contendientes masculinos que no podía más que aplaudir y admirar a Alfonsina, como lo hacía el público. Cuando concurrían circunstancias agónicas, en momentos malos como todo ciclista vive, cuando hace más de una hora que el primero ha llegado a meta, aún en esos casos, la afición esperaba por ella, por ver a la fuerza con la que esta mujer luchaba por su pasión y su sueño.

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