Más duro que el ciclismo #4

Graeme Obree es conocido por haber batido dos veces el record de la hora (en bicicleta) en 1993 la primera vez, y en 1994 la segunda. Lo que le valió el apodo de "The Flying Scotsman" (el escocés volador). Pero es todavía más sorprendente decir que solamente él, de todos los records registrados en la historia de este evento, era un ciclista amateur, es decir, no era ciclista profesional. Pero se dedicó en cuerpo y alma a su pasión, quería ver su nombre junto a Anquetil, Merckx, Moser, Boardman, Indurain... y lo logró. ¡Vaya que si lo hizo!
Incluso se basaron en su vida, para rodar una película...

El record de la hora se convirtió en su obsesión, aquello que solo era para los locos según decían. De no ser porque Obree retomó esta legendaria lucha contra el reloj, una década después de que Moser detrozase el crono, dos veces consecutivas en Ciudad de México (superando los 50km/h de media -51'141km/h-), donde debido a las condiciones atmosféricas y de presión el ser humano pesa un kilo menos que en el resto del planeta, posiblemente la gente se hubiese olvidado de aquello que parecía imposible superar.

Obree construyó su propia bici a la cual llamaba "la Vieja Fiel" (incluso extrayendo una pieza de lavadora) y creó una nueva posición encima de la bici, que se llamó la posición "Huevo", que le hacía colocar los brazos casi como un esquiador en pleno descenso. Además, la bici no tenía barra horizontal, porque debido a la postura del escocés, corría el riesgo de golpear la barra con las rodillas.

La UCI (Unión Ciclista Internacional) intervino prohibiendo la nueva postura que consideraba peligrosa, pero Obree se inventó otra, la llamaron "Superman", porque esta vez parecía que volaba por como llevaba los brazos estirados sobre el manillar de crono. Con esta, logró su segundo record de la hora.

Pero aquí no acaba todo, en su primer intento de batir el record fracasó, y decepcionado por todo el trabajo que había puesto en su sueño de lograr aquello en lo que solo él confiaba, decidió intentarlo al día siguiente y casi sin dormir. ¡Lo acojonante! Es que lo batió.
Ese mismo año, Chris Boardman (uno de los grandes contra el reloj) creyó que podía superar el tiempo de un ciclista "no profesional" y así lo hizo, pero Obree no iba a quedarse de brazos cruzados y le superó al año siguiente. Después un tal Miguel Induráin estableciendo un nuevo record, y la trágica muerte de su hermano, le condujeron por un camino de desolación que casi llegó a su fin, con un intento de suicidio del que milagrosamente se salvó.

P.D: Actualmente forma parte de un pequeño club ciclista (en escocia, donde vive) enseñando a los jóvenes y con los que participa en contrarrelojes a nivel local.