Gente Maravillosa #1

Fue el primero que conocí dentro de lo que denominaría mi círculo de amigos "íntimos". Recuerdo exactamente la primera vez que le ví, corría el mes de septiembre del año 1996 (hace casi 13 años).

Yo me dirigía junto a mis hermanos y mi madre, al que era mi primer día de colegio (Manuel Cordo Boullosa) en España, después de dejar atrás la pequeña ciudad en la que crecí (Fribourg, Suíza). Mi hermano mayor se alejó valiente, cuando le llamaron, hacia lo desconocido. Yo en cambio, más miedica, quería que mi madre me acompañase hasta mi nueva aula, pero ella debía de ir con el pequeño de la familia. Y en un golpe de suerte, mi madre reconoció a una conocida (quizá porque también había vivido en Fribourg, Suíza), aquella mujer acompañaba a su único hijo (fue un accidente).

Aquel niño es esa persona maravillosa a la que quiero hacer mención. Su nombre, Manuel Barros Solla, "Barros" para los más íntimos. A pesar de ir en 4ºA (yo iba en 4ºB) pronto iríamos conociéndonos, aunque la gran amistad se formó años después en el insituto, culminando posiblemente con la excursión de fin de curso de 4º E.S.O. Ya éramos grandes amigos, pero en aquel prefacio al inicio del verano del año 2003, el lazo de unión culminó con un gran nudo, difícil de desenrredar. Y hasta hoy.

P.D: En la foto, Barros es feliz (diciembre 2006). Y cada vez que me paso en bici a saludarle en el angosto e inhóspito paraje de la Fraga, sus ojos se "iluminan" y agradecen mi presencia en ese lugar dejado de la mano de Dios, sin internet ni nada. Por eso aprovecho desde aquí, para corresponderle con mi gratitud los buenos momentos vividos hasta el momento, y darle ánimos para los exámenes que están al caer. ¡Te quiero Barros! Jaja.