Como tampoco pudo hacerlo Pozzato que se quedó cortado por causa de las caídas que acabo de mencionar, del español, el belga y el noruego. Van Summeren no sé cayó, pero al frenar para esquivar a los demás su bici derrapó y se quedó mirando en dirección contraria a la que estaba llevando Boonen para ganar.
La clave de la carrera la dió Boonen al finalizar la prueba, y con eso quiero concluír, porque no hay mucho más que añadir. "Lo más importante era no morir, sino sobrevivir y sobrevivir".
P.D: Ánimo Flecha! Que para el año que viene, lo único que va a coger Tom Boonen serán sus zapatillas para correr. JAJA!!
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ResponderEliminarY de repente el pelotón ya había llegado a Arenberg...
Si la Paris-Roubaix es el Infierno, los adoquines son las baldosas cálidas y el bosque es el fuego. Las personas son las almas que esperan impacientes el paso de los ciclistas, que son los ángeles del cielo. Esos ángeles que intentan escapar de la atracción fatal del temido Diablo que, una vez más, hace su aparición en forma de serpiente, de serpiente multicolor.
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Y de repente el Carrefour de L'Arbre quiso acaparar todo el protagonismo...
El Diablo, al ver que los ángeles se aproximaban a la salida de su imperio, decidió descargar toda su rabia sobre ellos. El fuego ya no volvió a hacer acto de presencia. Las baldosas se volvieron resbaladizas al igual que el hielo que se endurece cuando el sol desaparece. Las almas se alborotaron espontáneamente viendo que el bien podía vencer al mal.
Y así fue, el espectáculo venció al resultado.
El cielo hizo su aparición en forma de velódromo y el mundo volvió a tomar una inmensa bocanada de aire.
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Pasarán de nuevo 365 días para que el rojo vivo del Infierno nos vuelva a cegar a todos...
"Los deportistas son los héroes de nuestra sociedad."