





Cuentan algunos de sus adversarios, que en las carreras del desierto solo se alimentaba de queso parmesano de su tierra, y que aprovecha las horas del sueño de competición como nadie, a veces levantándose tan solo 10 minutos antes de dar la salida. ¡Relajado y sin prisas!

¡Mimá! ¡Vaya animalada! ¡No lo entiendo!
ResponderEliminar¿Entonces yo aún estoy a tiempo de ser ciclista profesional?
Sí CHINKS, sobre todo cuando el médico te dice de que no puedes hacer esfuerzos sobrehumanos. Porque solo entonces, llevándole la contraria a todo el mundo, es cuando te podrás ganar un lugar en este blog...
ResponderEliminarQuizá en "Más duro que el ciclismo #100" JaJa!
La verdad es que esto rompe con nuestros esquemas mentales, pero es sin duda una esperanza para aquellos que todavía luchan por algo en la vida.
¡Los límites los ponemos nosotros!