Cuando salgo a la carretera, la costumbre y el instinto es siempre de esforzarse, meterle ritmo al cuerpo. Quizá sean las consecuencias de la competición, o el afán de superación. Pero por esas razones, uno se olvida a veces de relajarse y disfrutar como cuando lees un libro, charlas distendidamente con un amigo, percibes el olor de tu comida favorita o estás con esa persona especial.
Hoy he vivido una de esas sensaciones especiales encima de la bici, observando un paisaje que muchas veces pasaba desapercibido ante mi mirada, ignorando muchas sensaciones casi olvidadas.
(Foto de un entrenamiento a finales de este verano)
Has sido un placer volver a subirse a la bici y transitar esas carreteras secundarias que tantas veces he recorrido. Al fin y al cabo, pensaba que estas son las carreteras que me han visto crecer y que comencé a descubrir hace ya más de 7 años. ¡Ha sido un día divertido!
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